El nombre de Oliviero Toscani quizá a muchos no les suene, quizá ni siquiera lo asocien a la marca Benetton, pero lo cierto es que fue él quien hizo las campañas más famosas, reconocidas, rompedoras y polémicas de la historia de United Colors Of Benetton.
Estuvo vinculado profesionalmente a la marca entre 1982 y 2000, pero Oliviero Toscani es ante todo un fotógrafo excepcional con un ojo único para retratar, sin ningún tipo de tapujos, los problemas que corroen el mundo.
De hecho, Toscani reniega de la etiqueta de "fotógrafo publicitario" y de la publicidad en general, "La industria publicitaria en su conjunto es una industria de idiotas hecha por idiotas", confiesa el fotógrafo italiano en una entrevista que concedió a Spiegel.
Entre las perlas que dedica a la industria publicitaria se encuentran por ejemplo que, “La publicidad hace promesas vacías y saca beneficio de las debilidades humanas, basándose en el principio de la seducción, un principio que es completamente absurdo” o “Yo no he vivido de la publicidad, la publicidad ha vivido de mí durante años. He sido muy generoso con la publicidad. He ayudado a muchos publicitarios a ser menos tontos”. Son algunas de las citas que dedica Toscani al mundo de la publicidad. No hay más que leer su libro “Adiós a la publicidad”, para sumergirse en la feroz crítica que hace a la publicidad.
Sobre sus controvertidas campañas para Benetton, que se toparon de bruces con la censura en múltiples ocasiones, Toscani niega que tales campañas hayan estirado peligrosamente los límites de lo aceptable en la publicidad. “La publicidad es todo y lo puede todo. También la Capilla Sixtina es publicidad, publicidad creada por Miguel Ángel, un genio que por cierto ni siquiera creía en quien le contrató, la Iglesia Católica”, apunta.
Con sus anuncios para la firma transalpina de Roma, Toscani nunca buscó revolcarse en la miseria, como le acusan algunos. “Mi deseo fue en todo momento desterrar los muchos tabúes que atenazan al ser humano”, asegura.
¿Por qué este tipo de publicidad es tan censurable y levanta tantas críticas?, ¿Qué hay de censurable en la propia realidad? Parece que a la gente le gusta sumergirse en esa publicidad idílica y efímera, totalmente cuestionable, antes que abrir los ojos ante la cruda realidad. Benetton no necesita poner fotos de sus prendas para publicitar sus productos, y como Benetton, hay muchas marcas que se venden solas. ¿Por qué no hacer como Toscani una publicidad que además de dar notoriedad a la marca (no debemos olvidar el propio propósito de la publicidad), conciencie a la población y sea la voz de las miserias más ocultas?
La gente no quiere ser personas muriendo de sida, o la ropa ensangrentada de un soldado que ha muerto por su país, la gente es cómoda y bastante tiene con lo suyo, son imágenes que no les apetece ver a tamaño valla, porque les hace pensar, y sentirse mal, porque posiblemente ellos mismos estén quejándose y lamentándose de sus vidas cuando son sumamente cómodas en comparación de otros que no tienen tanta suerte. Así que prefieren quejarse y protestar, para no tener que ver algo que saben que ocurre pero prefieren ignorar.
Los caminos de Benetton y Toscani se separaron hace ya 16 años, pero su “matrimonio”, así es como definía su relación con la marca el propio fotógrafo, nos ha dejado anuncios que se han quedado grabados inevitablemente en las retinas de todos nosotros, porque lo que a algunos les parecen campañas llenas de provocación, censura y extremadamente horrible, a otros nos parecen increíblemente maravillosas y totalmente necesarias de mostrar al mundo, a ese mundo que da la espalda y no quiere ver. A continuación os pongo mi Top 10 de Toscani para Benetton: